Lo primero que recordamos es el miedo hacia lo desconocido que todos experimentamos; sin embargo, no podíamos dejarnos ganar por el temor y nos decíamos a nosotros mismos “Somos trabajadores de la salud y debemos estar aquí por los pacientes”.
Se formó entonces el grupo de los valientes, la cuadrilla Covid-19, la cual debía hacer los aseos terminales desde donde la llamaran. Así también grandes fueron nuestros funcionarios recolectores, los que no cesaron de retirar toneladas de residuos como nunca habíamos vistos. Noble, silencioso y dispuesto fue nuestro personal de Ropería; magníficos al asumir la altísima carga de trabajo.
Fructífera ha sido todo esta experiencia a pesar de que aún no termina, pero sabemos que unidos siempre se podrá hacerle frente.